“Señuelo” de Álvarez Vélez
Esta semana damos la bienvenida al mes de junio, las temperaturas empieza a subir pronosticándonos un más que calido verano y por ello hemos querido empezar la temporada estival con una pieza refrescante en la que a pesar de su pequeño tamaño, apenas 8 centímetros de altura, el escultor vasco Álvarez Vélez ha conseguido plasmar toda la elegancia, delicadeza y calidad de sus obras escultóricas.
“Señuelo” es una fantástica pieza realizada en plata en la que las expertas manos del artista consiguen que el noble metal parezca maleable, ligero y lleno de movimiento.
Pocos escultores se atreven con la plata, no solo por su importante valor económico sino por la dificultad que supone trabajar con un material tan delicado y a la vez resistente pero el artista vasco Álvarez Vélez consigue que la plata en sus manos gire, se retuerza, se expanda, creando piezas como esta preciosa obra llena de presencia y belleza en la que las formas, los efectos de la luz sobre la plata y el fantástico trabajo escultórico producen un resultado redondo y excepcional.
Un pequeña joya que hará las delicias de todos los amantes de la escultura abstracta
Eduardo Naranjo expone en el Museo Casa de la Moneda
Uno de los pintores más relevantes del panorama contemporáneo español, autor de nuestra obra de la semana y que además es uno de los pesos pesados de la cartera de artistas de ArtWansonGallery, acaba de inaugurar una fantástica muestra en Madrid.
Se trata del excepcional pintor hiperrealista Eduardo Naranjo, un genio de los pinceles, que en esta ocasión se adentra en la técnica del grabado para realizar la fantástica serie “Tauromaquia” que durante estos días y hasta finales de agosto acogerá el Museo Casa de la Moneda de Madrid bajo el título “Génesis de una tauromaquia”.
Aunque Naranjo se considera ante todo un pintor, su relación con la obra gráfica viene de lejos y antes de cautivarnos con estos delicados grabados sobre la lidia taurina también ha realizado otras series gráficas de impecable calidad e indiscutible belleza como “La Creación”, “Poeta en Nueva York” o “ Llanto por Sánchez Mejía”.
Ahora el Museo Casa de la Moneda le dedica esta pequeña pero intensa exposición en la que junto a los diez grabados que forman la serie podremos encontrar también los dibujos preparatorios y bocetos que Naranjo realizó antes de meterse de lleno en el grabado de las planchas, unas planchas en las que, con la colaboración del estampador Juan Lara, se ha realizado una gran innovación técnica utilizando polímero en vez de el tradicional metal facilitando así la realización de los precisos y delicados trazos de Naranjo.
10 grabados acompañados de los poemas que las imágenes de Naranjo inspiraron al poeta y Premio Nacional de Poesía Carlos Murciano y que muestran la personal visión que Naranjo realiza de la plástica y el lenguaje visual taurino.
Una fantástica muestra de uno de los mejores artistas españoles del momento. Imprescindible.
Marta de Orbe
Robos de arte a la orden del día
El pasado jueves 20 de mayo uno de los vigilantes del Museo de Arte Contemporáneo de París, también conocido como el Palais de Tokio, hacia su ronda habitual a las siete de la mañana, justo antes de abrir las puertas del museo, confiando en que un día más todo estaría en su sitio, pero no fue así.
Los marcos de un Picasso, un Modigliani, un Braque y un Leger colgaban vacíos de la pared de una de las salas del Museo presagiando lo peor. Efectivamente la noche anterior un astuto ladrón con una increíble facilidad sustrajo las cuatro obras de arte, valoradas en más de 500 millones de euros, sin que nadie se diera cuenta, increíble!!
Ni el sistema de alarmas volumétricas, que estaba casualmente averiado, ni el circuito cerrado de grabación del que tenían que estar pendientes nada menos que tres vigilantes, que obviamente estaban bastante distraídos, ni las rondas habituales por los pasillo del museo fueron un impedimento para que el hábil amante de lo ajeno rompiera una ventana, se introdujera en el museo y con toda tranquilidad se tomase su tiempo para desmontar las telas de los marcos cuidadosamente, no las corto si quiera, lo que nos da una pista de lo tranquilo que se encontraba ejerciendo su delictiva profesión, las enrollara cuidadosamente y se las llevara debajo del brazo.
La imposibilidad de colocar unas obras de tal envergadura en el mercado legal de arte evidencia que se ha tratado de un encargo de algún caprichosos y multimillonario coleccionista que no ha dudado en pagar lo necesario y delinquir lo necesario para conseguir tener lo que no se puede tener, lo que le convierte en aún mas culpable que el propio ladrón.
La otra posibilidad sería que se tratase de lo que se conoce “artnapping”, robar famosos cuadros de institucione
s culturales y pedir un rescate a la aseguradora, pero la opción se descartó al saber que las cuatro telas a pesar de ser grandes obras de arte del siglo XX, no estaban aseguradas, lo cual es igual de incomprensible que la alarmante falta de seguridad del museo franceses.
Por suerte el ladrón de guante blanco tuvo poco recorrido y un para de días después era arrestado por la policía francesa y los emblemáticos lienzos eran recuperados.
Pero parece que la facilidad del golpe ha animado a los amantes de lo ajeno de toda Europa y en esta misma semana han sustraído una litografía de Picasso de un importante coleccionista de Marsella e incluso han entrado en la casa londinense de la topmodel Kate Moss para llevarse un obra del superventas graffitero Bansky.
¿Por qué? ¿Quién encarga estos robos? Aún no lo sabemos y seguramente no lo sabremos nunca, pero que las instituciones culturales se conviertan en blanco fácil para los ladrones de guante blanco, por muy cinematográfico que pueda parecer, es ante todo preocupante.
Marta de Orbe
«Tauromaquia» de Eduardo Naranjo
Mayo entra en su recta final y con él la feria de San Isidro da sus últimos coletazos, en apenas unos días el albero de Las Ventas volverá a quedarse vacío esperando las nuevas tardes de gloria del año que viene ya que este año, una vez más, la puerta grande no ha podido abrirse para ningún matador.
Y para despedir la feria y con ella nuestro repaso a la tauromaquia plástica, que mejor que decir adiós a los toros, por un tiempo, con un grabado de uno de los grandes artistas españoles contemporáneos, Eduardo Naranjo.
Su serie de grabados “Tauromaquia”, compuesta por 10 laminas grabadas en polímero y punta seca, es una auténtica joya en su totalidad pero dado que estamos diciendo adiós a San Isidro hemos elegido esta fantástica pieza en la que Naranjo plasma con sutil elegancia el final de la faena.
Una vista aérea de la retirada del toro, ya derrotado, por los mozos y los caballos de arrastre, una imagen en la que se resume toda la poética del fin último de la lidia.
Se trata, además, de un grabado excepcional en el que uno de los grandes genios de la pintura hiperrealista, como es Eduardo Naranjo, muestra y demuestra todo su talento, los trazos perfectos, las sombras adecuadas y el excepcional dominio de la técnica que permite incluso plasmar el reguero de sangre y arena que va dejando el toro en su último paseo.
Una pieza excepcional con la que despedimos San Isidro y con la que dejamos bien patente la enorme influencia que la estética taurina tiene en el lenguaje plástico de los artistas de ayer, de hoy y de siempre.
Richard Serra gana el Príncipe de Asturias
Tras galardonar el año pasado al emblemático arquitecto británico Norman Foster, este año el Premio Príncipe de Asturias de las Artes ha vuelto a mirar al mundo anglosajón y ha recaído en el genial escultor Richard Serra.
Indiscutiblemente el premio no podría estar más merecido porque Richard Serra es, sin duda alguna, uno de los pocos artistas contemporáneos que resistirán el paso del tiempo, el cambio de las modas y los avatares del mercado del arte asegurándose un capítulo en la historia del arte, un capítulo que queda definitivamente consolidado con este ilustre galardón.
Serra revolucionó el arte escultórico en los años sesenta erigiéndose como el gran maestro del acero, del plomo, del hormigón, el gran maestro de la materia y del vacío, del dialogo de los materiales con el espacio, el gran maestro de la ausencia y la presencia, en definitiva uno de los grandes escultores, sino el más, de la segunda mitad del siglo XX.
Las obras de Serra no dejan indiferente a nadie, impactan, emocionan y convencen a todo aquel que se pierde en los distintos recorridos que plantean sus inmensas piezas y transportan a un mundo de volúmenes, masas y texturas.
Aunque californiano, la relación de Serra con nuestro país no comienza con este galardón sino que viene de lejos, primero 
porque su padre era mallorquín y sobre todo por las grandes espirales de acero que diseño para una de las salas del Guggenheim de Bilbao e hicieron que su nombre sonara tanto a expertos del arte como a profanos y ahora su relación con nuestro país se ve reforzada siendo elegido el merecedor de uno de los galardones españoles más respetados y valorados internacionalmente
Y no lo tenia fácil por que el resto de candidatos eran figuras de la cultura internacional de primer orden como la bailarina Alicia Alonso, el director de orquesta Riccardo Muti, el cineasta Carlos Saura o el arquitecto Álvaro Siza entre otros ilustres nombres.
Al final la impecable y coherente trayectoria de Serra, sus fantásticos trabajos de formas contundentes y conceptos sugestivo y su incuestionable talento le han hecho valedor del Príncipe de Asturias a las Artes 2010.
Hubiese sido imperdonable que tras ser finalista del galardón en cuatro ocasiones no se lo hubiesen otorgado, igual que si el premio hubiera existido en el siglo XVI Miguel Ángel hubiese sido claramente galardonado, el gran escultor del siglo XXI no podría ser menos y por fin Richard Serra tiene su más que merecido Príncipe de Asturias y de paso un pie dentro de la futura historia del arte.
Marta de Orbe
“HABÍA UNA VEZ UN BARQUITO DE PAPEL…”
Cuando yo era pequeña, doblaba y doblaba las hojas de papel para ver si, al final, entre los pliegues, aparecía un dragón o un castillo lleno de almenas. Pero no, lo máximo que conseguía eran pajaritas y barcos de papel y de vez en cuando, algún avioncito que siempre se estrellaba en su vuelo de prueba.
Ahora, cuando alguien se deja encima de la mesa de las cafeterías una servilleta, ya ni si quiera consigo que la Señora Pajarita me salude entre los pliegues del arrugado papel. De mis manos sólo salen ya barquitos, es lo único que recuerdo cómo se hace.
Por eso me da mucha envidia la exposición que se acaba de inaugurar en Zaragoza. Se llama “Fantasía de Papel” y por ella, se pasean más de cien criaturas creadas con la técnica de la papiroflexia, que han llegado desde todos los rincones del Planeta.
Entre esas criaturas, hay dos piezas de dos metros de diámetro que por primera vez se muestran al Mundo en el centro Aragonia de Zaragoza.
¿Pero quiénes son las manos que están detrás de estas obras de auténtico arte origami? Se trata del Grupo Zaragozano de Papiroflexia, uno de los más antiguos de Europa que, aprovechando la capitalidad europea de la cultura de dos mil dieciséis, a la que es candidata la ciudad, quieren que Zaragoza, se convierta en la capital del origami.
Primero fueron los barquitos, las pajaritas y los aviones, mañana, por lo menos, hasta el día treinta de mayo, puede que todo el mundo…sea de papel.
Bea Pola
«Tauromagia I» de Valentín Kovatchev
El pasado fin de semana todos los madrileños celebraron la fiesta de su famoso patrón, San Isidro. Como cada quince de mayo las vistillas, la pradera del santo y las calles más típicas de la capital se llenaron de chulapos y chulaponas, barquillos, rosquillas y limonada mientras la feria taurina llegaba su ecuador.
Aún quedan varias tardes de toros y nosotros, una semana más, volvemos a traer un ejemplo de cómo el toro y el toreo son fuente inagotable de inspiración para los más variados artistas.
La tauromaquia en si mima es arte en estado puro lleno de color, movimiento y magia, lo que la convierte en un excepcional caldo de cultivo para la imaginación artística como queda demostrado en este fantástico grabado al aguafuerte de Valentín Kovatchev, quien ha transformado los iconos de la tauromaquia en símbolos mitológicos creando así esta sorprendente “Tauromagia I”.
Kovatchev traslada el lenguaje taurino a un escenario onírico en las que las referencias a la estética clásica sirven de telón de fondo a una lidia tan especial como original en la que el torero supera su calidad de hombre valiente y se transforma en un elegante y gigantesco centauro mitológico que espera preparado la envestida del toro.
Un fantástico grabado, de factura y trazo excepcional en el que los cuidados colores y las distintas representaciones nos presenta esta lidia onírica de Kovatchev en la que la tauromaquia se convierte en “Tauramagia”.
Las obras de arte más caras de la historia
Hace apenas unos días la sucursal neoyorkina de la emblemática casa de subastas Christie’s volvió a lograr un record histórico. “Denudo, hojas verdes y busto” pintada por Picasso en 1932 fue adjudicada por la friolera de 81 millones de euros convirtiéndose en la obra más valiosa del malagueño y también en la obra de arte más cara jamás vendida en una subasta.
"Woman III" de Willem de Kooning
De este modo nuestro español más universal desbancaba del altar de las subastas a Giacometti quien gracias a su “Le homme que marche”, vendido el pasado mes de febrero en Sothebys por 74,3 millones de euro, había ostentado el título del artista más caro en subastas al menos por unos meses y ahora pasa a ocupar el cuarto lugar del ranking de las obras de arte más caras de la historia.
Y digo el cuarto lugar y no el segundo porque a pesar de que Picasso y Giacometti están en el olimpo de los precios más elevados en subasta, el mercado del arte no se reduce a las veladas de pujas organizadas por las casas de subastas en todo el mundo y las transacciones entre particulares están a la orden del día y se mueven en precios verdaderamente astronómicos.
Precisamente en unas de estas transacciones entre particulares es donde encontramos las dos obras de arte más caras de la historia, dos obras que no son ni de Picasso, ni de Giacometti, ni de ningún gran artista de las vanguardias históricas, ni si quiera de un clásico como Rubens o Rembrandt, sino que están firmadas por dos de los más ilustres genios americanos del siglo XX, Jackson Pollock y Willem de Kooning.
“Woman III” de de Kooning ocupa el segundo puesto en este millonario ranking desde que en noviembre de 2006 David Geffen, importante productor musical y uno de los mayores coleccionistas de arte del siglo XX, la vendiera en una transacción privada al magnate Steve Cohen por nada más y nada menos que 107 millones de euros. La obra es uno de los pocos ejemplos del expresionismo abstracto figurativo y el único lienzo de la serie “Women” que se encuentra en manos privadas, ya que el resto de la serie esta celosamente custodiada en las salas del MOMA.
"Number 5 " de Jackson Pollock
Pero los 107 millones del lienzo de de Kooning aún quedan lejos de la cantidad pagada por la que sin duda es la obra de arte más cara de la historia, “Number 5” del gran maestro del expresionismo abstracto Jackson Pollock, un lienzo de más de 2 metros de alto realizado en 1948 y que en 2007 fue vendido una vez más en una transacción particular y también una vez más por David Geffen al multimillonario mexicano David Martínez quien no dudo en pagar la cifra más astronómica que jamás se ha oído en el mercado del arte, 109 millones de euros, más de 17.000 millones de las antiguas pesetas, es decir una barbaridad en cualquier moneda.
Así que ni viejas escuelas, ni impresionismo, ni vanguardias europeas, el expresionismo abstracto sigue ocupando el podium del mercado de las obras de arte y parece complicado poder alcanzarlo….
Marta de Orbe
Arte en el albero. De Purísima y Oro
Como cada mes de mayo esta piel de toro llamada España se viste de gala para ofrecer en Madrid la feria taurina más importante del mundo. Como si de un Mundial de fútbol se tratara o unos Juegos Olímpicos miles de personas se movilizan para dar lo mejor de sí durante estos días.
Los toreros afilan sus espadas, los subalternos las banderillas, los picadores las puyas, los periodistas sus plumas, los aficionados la lengua. Curioso, lo único que no se afila son los pitones de los toros, que cada año están más astillados, claro está por un tema genético seguramente.
Para un torero mayo en las Ventas es una oposición a notarías, donde puedes consagrarte y firmar el primer plazo de la finca y el Mercedes o convertirte en esa promesa que tendrá que recorrerse las fiestas de media España para conseguir una nueva oportunidad.
Son días donde todo el mundo sueña despierto y la palabra más repetida es «suerte». El matador tumbado en la cama sueña con esa verónica que diera Morante el año pasado o un natural profundo que quedara plasmado en el corazón del buen aficionado. El ganadero con un astado que recibiera tres puyazos sin inmutarse y ante la muleta repitiera ansiosamente haciendo el avión. Los subalternos con un quite que le garanticen el aplauso en los medios y trabajo para todo el verano. El aficionado con ver la conjunción de todo lo dicho y el reventa con un par de japoneses que piensen que 400 euros es el precio normal de una entrada de andanada.
Pero ya sabemos que los sueños no siempre se cumplen y dice el refrán que el hombre propone, Dios dispone y el toro lo descompone. Conseguir esa conjunción es casi imposible, cuando hay toros no hay toreros, cuando hay toreros no hay toros y en la mayoría de los casos ni una cosa ni otra. El aficionado debe armarse de paciencia y desfilar cada tarde noche con los hombros encogidos y buscando la copita reparadora en Los Timbales. Y por no hablar de las condiciones climatológicas, si la feria durara todo el año Madrid tendría las características pluviométricas de Estocolmo. Bandera moviéndose para el interior de la plaza, las nubes vienen de Toledo, no falla nos mojamos y con aire, el peor enemigo de la fiesta.
Dicho ésto, el día que los planetas se alinean y se produce la gran conjunción, el espectáculo es grandioso y el grado de emoción y sentimiento inigualables. No puedo más que desear suerte y al toro (y el tres de junio José Tomás en el patio de cuadrillas) .
A.C. Desviat
“Recorte Natural” de José Luis Zúñiga
Como cada año el mes de mayo nos vuelve a traer la cita más importante del calendario taurino, la feria por antonomasia, San Isidro. Durante todo el mes la plaza de toros más importante del mundo, Las Ventas, volverá a tener sobre su albero a los mejores matadores, banderilleros, rejoneadores y ganaderías y sus gradas se llenaran un año más del público más exigente dispuesto a gritar oles o abucheos a partes iguales, y es que nuestra fiesta nacional no deja de despertar pasiones.
Más allá de la fiesta en si misma, los toros, además de las citadas pasiones, también han despertado inspiraciones en innumerables artistas a lo largo de toda la historia del arte, desde Goya a Picasso los grandes genios del arte han encontrado en el mundo del toro una estética apasionante llena de fuerza y significado, por eso durante este mes nuestras obras de la semana tendrán como leitmotiv los toros y sus innumerables interpretaciones artísticas.
Y para empezar con este repaso a la “Tauromaquia” artística contemporánea, hemos elegido este fabuloso collage de José Luis Zúñiga, “Recorte natural”, una fantástica pieza de acrílico sobre lienzo en la que Zúñiga consigue mezclar con maestría “torera” modernidad y tradición, realismo y abstracción, movimiento y quietud.
“Recorte natural” nos muestra, sobre un fondo abstracto en el que colores planos llenos de simbología y los espacio geométricos sirven de escenario a una escena más tradicional en la que el torero se enfrenta al toro de costado, haciéndole un recorte al natural y mostrando así una de las escenas más estéticas y visuales del arte de la lidia.
Como en tantos otros artistas, el mundo taurino es un profundo pozo de inspiración para Zúñiga, quien a través de sus pinceles renueva la estética taurina dotándola de un lenguaje visual moderno y contemporáneo mientras plasma con realismo la tensión y la belleza del toreo.
Art Wanson Gallery 